La NiÑa ReBeLDe
Vida y milagros de la niña rebelde

Dic
17

Bueno, pues aquí estoy, otra vez. Entre apuntes y esquemas, otra vez. Muerta de cansancio, deseando que lleguen las vacaciones para poder ser libre, por lo menos una semana. Espero poder escribir algo pronto, aunque la cabeza no me dé para nada más que esto. Aparte, tengo una cosita por aquí que se me ha olvidado, por cierto, así que volveré a intentarlo otro día. Es algo que me llegó al alma, aunque no haya tenido nunca el dilema que se plantea… No quiero adelantar nada, a ver si lo traigo y lo veis, los pocos que entréis (las pocas, mejor dicho).
Besus.

Oct
03

…vuelvo a escribir. La verdad es que hay alguna cosa que otra por contar, pero bueno… Empecemos por el principio.

El amor volvió a mi vida. Eso sí, en pequeños intervalos. Juan estudia en Madrid y hasta el 6 de octubre no termina y vuelve (eso espero). La felicidad en pequeñas porciones, el amor poquito a poquito, sin prisas. Como a mí me gusta. Pero… no me gusta la distancia física. Es lo que intento superar, aunque con poco éxito. Ya queda poco, espero que no vuelva a marchar lejos y tanto tiempo… puede parecer ridículo, pero moriría de pena. Aunque valiera la pena la espera. Lo amo demasiado.

Empecé la universidad. Bueno, más bien retomé mis estudios superiores, aunque haya cambiado la economía por mi pasión, la educación. Concretamente, la Educación Especial. Me encantan la mayoría de las asignaturas, quizá porque las profesoras (sí, profesorAs) proporcionan un ambiente bueno, relajado. Sin prisa, pero sin pausa. Parece el colegio, de hecho es lo que haremos en un futuro no muy lejano, pero de manera un tanto peculiar. A ver qué tal resulta todo. Son 3 años, espero sacar a curso por año, y así librarme de las aborrecidas segundas matrículas. ¡Desearme suerte!

Voy a dejar el casino. No voy a negar que me gusta ese trabajo, porque lo que se hace allí me encanta, pero hay una incompatibilidad de horarios que me pone mala. Como la asistencia a clase es obligatoria, tengo que ir todos los días a las 9, lo que supone levantarme a las 7:30 (hay unos 45 minutos de viaje). Y de trabajar se sale a las 4 de la mañana, a las 3 y pico si hay un poco de suerte. Si duermo unas 3 horas por la noche y luego quiero echarme a dormir la siesta, digamos, 2 horas, esas 5 horas de sueño no son suficientes, aparte del cansancio de estar toda la noche de pie, y alguna cosilla más que me dejo en el tintero. Con lo cual, me dedicaré a mis estudios, y volveré a ponerme en contacto con el centro juvenil, que lo tengo un poco abandonado.

Y, nada más. Alguna vez que esté inspirada para poner algo bonito precioso por aquí, aparecerá. De momento, a intentar compaginar curro y clase hasta el día 16. ¡Solo serán 14 días! ¡Desearme suerte!

Jun
07

Otra vez me he emocionado, al terminar de leer este libro de aventuras con historia de amor incluida. No puedo evitarlo. Quizá sea por el hecho de que soy una idealista nata y me encanta fantasear con amores perfectos e imposibles (o a lo mejor posibles, ¿quién sabe?), con príncipes azules que me rescatan de los dragones amenazantes (mis miedos, esas sombras agazapadas en los bordes del camino, esperando para saltar a mi paso…), o con hadas madrinas que vienen a reunirme con aquel que me abandonó…
Quizá sea porque, a mis 21 años, aún no he encontrado a esa persona (príncipe… o princesa, ¿quién sabe?), que me haga del todo feliz, que me dé cariño, comprensión, ternura, que me dé paz y seguridad, y a la que amar tanto como a la vida, o más si cabe…
Quizá sea porque, por mi falta de osadía, o por mi orgullo extremo (…¿quién sabe…?), dejé escapar al que posiblemente fue el amor que tanto esperé, y le di demasiado, o demasiado poco de mí misma…
Quizá, porque alguien ha exprimido ya mi media naranja, o también porque tal mitad no ha existido nunca, y tenga que caminar sola por este mundo, levantándome sin ayuda de cada tropiezo, saliendo por mí misma de cada negro pozo, aupándome con mis propios brazos de cada hondo abismo, secándome mis lágrimas con mis manos, y apoyándome en el duro suelo cada vez que necesite llorar…
Quizá sea porque son los pequeños detalles los que priman en mi vida, y los grandes detalles me pasan desapercibidos, y es precisamente estos gigantes en los que me debería fijar…
Quizá sea porque es demasiado pronto para mí, que hay alguien esperándome lejos, quizá en otro país, otro continente, o más allá de la galaxia… Un científico loco, un plutoniano, un submarinista, un ser mutante… je. Je. (No tardes mucho, pequeñín, o me volveré loca.)
O quizá sea porque ya estoy viviendo ESA historia de amor, y no lo veo y está ahí, enfrente, ese príncipe azul (o princesa, ¿quién sabe?), que me ama con locura, que ansía que lo ame, sin yo saberlo, y que me protege de todos esos dragones y monstruos que me acechan en las sombras del camino, agazapados y preparados para saltar a mi paso…
QUIZÁ… LO ENCUENTRE… (ojalá…)

May
02

“LAS OLEADAS DE DOLOR, QUE APENAS ME HABÍAN ROZADO HASTA ESE MOMENTO, SE ALZARON Y BARRIERON MI MENTE, HUNDIÉNDOME CON SU FUERZA. Y NO SALÍ A LA SUPERFICIE.”

“EL TIEMPO PASA INCLUSO AUNQUE PAREZCA IMPOSIBLE, INCLUSO A PESAR DE QUE CADA MOVIMIENTO DE LA MANECILLA DEL RELOJ DUELA COMO EL LATIDO DE LA SANGRE AL PALPITAR DETRÁS DE UN CARDENAL. EL TIEMPO TRANSCURRE DE FORMA DESIGUAL, CON SALTOS EXTRAÑOS Y TREGUAS INSOPORTABLES, PERO PASAR, PASA. INCLUSO PARA MÍ.”

“… SIN EMBARGO, ME DI CUENTA DE QUE IBA A SOBREVIVIR. ESTABA ALERTA, SENTÍA EL SUFRIMIENTO, AQUEL VACÍO DOLOROSO QUE IRRADIABA DE MI PECHO Y ENVIABA INCONTROLABLES FLUJOS DE ANGUSTIA HACIA LA CABEZA Y LAS EXTREMIDADES, PERO PODÍA SOPORTARLO. PODRÍA VIVIR CON ÉL. NO ME PARECÍA QUE EL DOLOR SE HUBIERA DEBILITADO CON EL TRANSCURSO DEL TIEMPO, SINO QUE, POR EL CONTRARIO, MÁS BIEN ERA YO QUIEN ME HABÍA FORTALECIDO LO SUFICIENTE PARA SOPORTARLO. … POR PRIMERA VEZ EN MUCHO TIEMPO, NO SABÍA LO QUE ME DEPARARÍA LA MAÑANA SIGUIENTE.”

“YO ERA COMO UNA LUNA PERDIDA – UNA LUNA CUYO PLANETA HABÍA SIDO DESTRUIDO, IGUAL QUE EN ALGÚN GUIÓN DE UNA PELÍCULA DE CATACLISMOS Y CATÁSTROFES – QUE, SIN EMBARGO, HABÍA IGNORADO LAS LEYES DE LA GRAVEDAD PARA SEGUIR ORBITANDO ALREDEDOR DEL ESPACIO VACÍO QUE HABÍA QUEDADO TRAS EL DESASTRE.”

“EL AMOR CONCEDE A LOS DEMÁS EL PODER PARA DESTRUIRTE. A MÍ ME HABÍAN ROTO MÁS ALLÁ DE TODA ESPERANZA.”

“… SIN EMBARGO, EN ESE MOMENTO ME SENTÍ BIEN. POR COMPLETO. PODÍA NOTAR OTRA VEZ EL PALPITAR DESBOCADO DE MI CORAZÓN SOBRE LAS COSTILLAS Y LA SANGRE LATÍA CALIENTE Y RÁPIDA POR MIS VENAS. …TODO ESTABA PERFECTO, NO CURADO, SINO COMO SI DESDE EL PRINCIPIO NO HUBIERA HABIDO UNA HERIDA.”

Desde el 3 de septiembre de 2006, más o menos, hasta el final de ese mismo año, me sumergí en la agonía que supuso la ruptura de lo que probablemente ha sido el primer amor de mi vida. El 31 de diciembre decidí dar el paso y librarme de todo atisbo de mi anterior vida durante los últimos casi 4 meses. Desperté y me dediqué a vivir. El premio ha sido la aparente felicidad y tranquilidad que este respiro dio a mi vida, estrechar mi relación con mis mejores amigos, y ahora la oportunidad de tener mi primer trabajo, en el que me siento cómoda y protegida (en cierto sentido). Gracias a todos los que me ayudaron en su momento. Sin ellos la vuelta a la normalidad de esta niña rebelde no hubiera sido posible. Os quiero.

Y… ahora de nuevo parece abatirse sobre mí la antigua agonía, con menos ímpetu. Los recuerdos vuelven a asaltarme, mi vida gira peligrosamente hacia el vacío otra vez, gracias, cómo no, a la dichosa lectura (maldita sea la hora en que a mi hermana se la ocurrió la maravillosa idea de traer ese libro a casa). Encima, vuelvo a leerlo otra vez, para mi desgracia. Soy estúpidamente masoquista. Si no es molestia… me gustaría recibir de nuevo todos esos cariños, achuchones, besuqueos y demás cosillas que me prodigabais. Eh… esto es una sugerencia también para los ‘nuevos’, ¿vale? Soy increíblemente empalagosa. Je, je. GRACIAS.

“¿De cuántas maneras se puede destrozar un corazón y esperar de él que continúe latiendo?”

May
02

En ese momento él estaba fuera de sí… y yo también, lo que luego, más tarde y con más calma, pude comprobar. Los gritos que le pegaba a la pobre cría, junto con los golpes que pegaba a la puerta y mis propias voces, se mezcla ahora en mi mente de forma confusa. No sé qué fue lo que le paró al mirarme, si mi expresión de auténtica locura con los ojos salidos de las órbitas, el teléfono que empuñaba en un mano, o… el cuchillo más grande de la casa que sostenía en mi otra mano temblorosa. Lo único que sé fue que, después de mirarme y poner una mueca de no sé qué, salió de la habitación refunfuñando y despotricando contra todo y todos, mientras la madre abrazaba a la niña, ambas muy nerviosas. Después de unos momentos bastante tensos, cogió las llaves, la cazadora y se marchó, mientras la niña y yo nos quedábamos temblando en una silla, llorando del susto ella… yo de la rabia. Nadie abrió la boca cuando se fue.

Evaluando daños materiales, solo quedaba la cerradura rota. Más allá, un golpe en la cabeza (no muy fuerte, según aclaró después) recibido por la pobre muchacha, que seguía sin poder hablar. Y el daño psicológico causado en esos momentos (no fueron más de 5 minutos, pero pareció toda una eternidad).

Ahora siento que no puedo marcharme. Aunque la madre nos cuida a todos, yo siento que soy la única persona que puede protegerlas de ese… salvaje. A las dos. He estado pensando en esto muy seriamente después de tomarme la tila, aunque necesitaría tomarme otras 50 hasta poder calmarme del todo, y creo que me voy a quedar aquí. Hasta que no tenga la total seguridad de que ellas están a salvo, no pienso moverme de este lugar. Me da igual lo que me pase a mí, no me importa. No quiero que las dos personas más importantes de mi vida queden a merced de esa bestia salvaje mientras yo no esté aquí. Me quedaré. Pase lo que pase. Cueste lo que cueste. Aunque sea a costa de mi felicidad. Aunque tenga que tirar mis sueños por la borda. Y la casa por la ventana.

May
02

Antes algunos hombres se sentaban a fumar
y a mirar la tierra despacio.
Antes muchos hombres se sentaban a fumar
y poco a poco comprendían la tierra.
Ahora no se puede fumar cuando viene la noche.
Ahora ya no queda tabaco ni esperanza.

Ya han debido pasar el cielo y la tierra
y todas las casas están vacías.
Han debido pasar el cielo y la tierra
porque todas las casas están vacías.
La madre ya no quiere volver a sus cazuelas.
Aquí toda la gente está muy triste.

Ahora vendrá Dios con su madero.
Dicen que viene Jesucristo con su madero.
Bien, que venga con su madero.

Cuando venga Jesucristo con su madero,
vamos a verle la chaqueta vieja.
Cuando venga Jesucristo a vivir con nosotros,
habrá que verle el corazón cansado.

Aquí ya no hay otra majestad que el dolor.
Si, buen amigo, ya no hay más en la tierra.

Antonio Gamoneda

May
02

…esa es la cuestión. Hay quien dice que su trabajo le encanta y que se siente realizado con él, que es el trabajo de su vida, que está enamorado de su trabajo… Curioso paralelismo. Se parece al amor… Quien ha tenido la dicha de conocer al amor de su vida y conservarlo, es feliz a pesar de las dificultades de la relación, y bla, bla, bla… Lo mismo pasa con los trabajos.

Yo creo que he encontrado uno que me viene bastante bien, aunque todavía no se sabe si me lo darán o no… Me estoy formando como crupier para trabajar en el Casino de León (Conde Luna) o quizá en cualquier otro de España (pongamos por ejemplo el de Salamanca). Por lo que he observado en estas dos semanas de ‘duro trabajo’ (en cierto sentido es así, porque creo que ya hemos aprendido lo básico de este mundillo y un poco más), esta profesión puede ser bastante apasionante, o absorbente, según se vea. Los primeros días era un rollo, se pasaban las 6 horas más despacio que una semana sin pan, y encima la tía que nos tiraba el rollo… Pero a medida que van pasando los días y aprendemos a manejar las fichas, los pagos, las cartas y las ruletas (americanas, una diestra y otra zurda), todo se va haciendo más llevadero.

Eso sí, lo de estar en pie 6 horas y que no te dejen sentarte… Eso también va siendo llevadero, sobre todo comparado con los primeros días, que acababa con las rodillas y los tobillos hechos polvo… Pero cuesta.

Aparte de aprender a jugar a todos esos juegos (el póquer ya lo conocía, y la ruleta me sonaba un poco de jugar con el ordenador, pero del black jack no tenía la más remota idea), hay que aprender cuánto se paga la apuesta, porque por ejemplo no es lo mismo (en americana) pagar un pleno que pagar un caballo (a los que estéis interesados ya os explicaré), o una seisena, o un cuadro, o una transversal… Cada apuesta tiene un valor. Y hay que aprenderse las tablas de dichas apuestas, porque si tienes que pagar, por ejemplo, 8 caballos (a 17 fichas cada uno), te tiene que salir ya disparado que tienes que pagar 136 fichas, o si por ejemplo tienes 4 transversales y 9 cuadros (una transversal son 11 fichas y un cuadro son 8), tienes que sumar rápidamente 44 más 72, que son 116 fichas, y luego pasarlo a valor (€), con lo cual si tienes una laguna mental podrías tirarte toda la noche para sacarlo.

Y luego esas cosas de “HAGAN JUEGO, SEÑORES”, “NO VA MÁS”, y que te salga del tirón “CATORCE, ROJO, PAR, FALTA”. Si tienes suerte, puede que no haya ninguna jugada ganadora en el ‘catorcerojoparfalta’, y no habrá que calcular nada. Pero si en el susodicho ‘catorcerojoparfalta’ tienes 15 plenos, 8 caballos, 3 transversales y 9 cuadros, puedes verte chungo, pero chungo para calcular todo eso a velocidad meteórica. Suerte que hay un jefe de mesa para echarte un cable siempre que te estanques, y para vigilar que hagas todo bien. Hoy decía la ‘profe’ que el mejor jefe de mesa es aquel que sabe estar callado.

Pero al fin y al cabo es un trabajo como otro cualquiera. Eso sí, por la noche, que es cuando normalmente se suele salir de fiesta o, en mi caso, dormir como un tronco hasta que sale el sol. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, y como esto de los juegos de cartas y fichas me encanta, no hay problema en estar toda la noche jugando con los clientes y desplumándoles (o desplumarme ellos a mí, o mejor dicho al casino, que todo es posible). Así que de momento estoy contenta. Aunque nos ha dicho la ‘profe’ alguna excentricidad de alguno de los clientes, y mal rayo les parta si me toca a mí satisfacer sus ‘deseos’… de juego.

Ene
17

He tardado en escribir sobre esto, quizás porque he tenido en mente otras cosillas pelín peliagudas… válgase la redundancia (y la malsonancia… ‘válgase’…). Pero bueno, aquí está el testimonio, je je je.
Duró… unos cuantos fines de semana. Muy interesante, por cierto. Había cosas que me sonaban ya del centro juvenil (creo que por eso me aprobaron, porque ando metida en esto y creen que ‘domino’ todas estas cosas… ILUSOS), y otras que me sonaban a CHINO MANDARINO, pero he aprendido que 2+2 no siempre son 4, y que si A y B son opuestos, B tiene que ser POR NARICES igual a A (válgase la redundancia… je je je). ¡Ah!, y 1+1 no son ni 2 ni 7… son 36.
En fin, después de estas cavilaciones (que siempre son buenas), empecemos a disertar este curso tan… distinto, y a la vez igual… que los demás. (Será corto, lo prometo)
Llegué a esto en un momento personal bastante malo. Después de unas cuantas decepciones que me llevé concentradas en menos de una semana, decidí romper todo eso, dejar atrás el pasado y hacer una ‘nueva’ vida (como dicen en las películas americanas… lo malo es que el pasado siempre vuelve, sobre todo si te quedas en el mismo sitio). Así que, cuando vi en una pared de lo que debería ser ‘mi’ facultad este año el papel pegado, lo vi claro: tengo que hacer este curso, aunque me cueste… 250€, y la correspondiente mala cara (¡¡sin bronca!!) de mi madre. Y de repente… ahí estaba.
La verdad es que llegué muerta de miedo el primer día, era la primera vez que hacía algo así sin conocer a nadie (ehm…), y estaba nerviosa, nerviosa… Encima se me rompieron las gafas, el segundo día. Y yo que quería pasar desapercibida, al menos el primer finde…
Y poco a poco fui aprendiendo a ser monitora (al menos teóricamente, el ‘monitor 10’, también dado en la FAC I), y también conociendo a cada uno un poco, hasta llegar a tener una relación muy buena con algunas personas. A las corresponsales de Radiopatio: NO HUBO ROMANCE (que yo sepa) xD
Me llevo un recuerdo bastante bueno de este curso, igual que de los demás. Sí, tuvo sus cosillas, la verdad es que el grupo no era el idóneo para que reinara una absoluta paz, pero afortunadamente la sangre no llegó al río… creo que no hubo batalla. Solo pequeños roces, como en todo grupo que se precie. Genialísimo y maravillosísimo.
En fin, que el balance es bueno. Creo que he ganado algún amigo, pero eso aún no lo sé. Solo entiendo que tengo buena relación con más de una persona, y espero que sea amistad en un futuro no muy lejano 😀

Dic
15

Nunca he sido como los demás. Ya desde antes de que me diagnosticaran la diabetes, a los 3 años, he ido unos pasos por delante (o por detrás, según la época) de los demás niños y niñas de mi edad.

Primero, porque creo que fui el bebé más plasta de la historia de los bebés. ¿Por qué?, os preguntaréis. Pues… bien sencillo: lloraba y lloraba sin parar todo el día. Hay bebés tranquilos que no dan un ruido, otros un poco más ruidosos, pero ni punto de comparación… El 99% de las fotos que tengo de cuando era pequeña llevan el llanto escrito en mi cara. Y eso que no paraban de mimarme… También mis padres y mi familia más cercana (tíos sobre todo) me lo decían. Lo cierto es que siempre he tenido ese punto llorón, y no solo de pequeña.

Aparte de los llantos, también me diferenció la diabetes. Era muy pequeña cuando me la diagnosticaron, 3 añitos. Mis padres estaban muertos de miedo, con las preguntas normales ante estas situaciones, y me sobreprotegieron demasiado… No fui a una excursión con mis compañeros de clase hasta que no estuve en 4º o 5º de primaria, y encima estaba la timidez desmesurada que me ha caracterizado hasta hace bien poco. Creo que empecé a relacionarme con mis compañeros en esa época. Me abrí al mundo, pero solo un poquito, supongo que por miedo al rechazo. Sin embargo, recuerdo que cuando venía un compañero nuevo, ahí estaba yo, la primera de todos, intentando que se integrara… Eso sí, a partir de la etapa de ‘apertura’ al mundo.

Después ya, con el cambio a la adolescencia, el instituto y todo eso, me fui convirtiendo poco a poco en la niña rebelde que ahora soy. Al principio fue duro, porque al ser la nueva en un mundo de, digamos, grupos despiadados, me hicieron el vacío bastantes veces. Pero con el tiempo me fui rebelando contra todo eso. Aquí quiero puntualizar que esta rebeldía no es rebelarse porque sí, sin razón alguna. Es defenderse de los ataques, luchar contra la injusticia y ganarse poco a poco el respeto de los que antes te menospreciaban.

Y ahora estoy aquí, tal como soy. A lo largo de estos casi 21 años he vivido la mayoría de las sensaciones que se tienen en toda la vida de un ser humano. He conocido la amistad (verdadera), el odio, la desesperanza, la felicidad, y hace poco conocí el amor (el primero). Se me quedan un montón de sentimientos/actitudes, pero de verdad que no ha sido nada fácil. A pesar de todo, no me quejo. He aprendido a defenderme, a ‘pasar’ de lo que no me interesa y a interesarme por lo que realmente importa.

Sigo siendo la niña rebelde que se ha ido construyendo a lo largo de los años, y espero seguir así por muchos más. Quizá por eso me encantan los chavales, porque estoy en mi elemento. A pesar de que algunas veces se me rebelen… y eso me gusta. Porque así se ve que están vivos, que saben lo que quieren y que un día van a luchar por ello, algunos de la mejor manera, otros un poco peor, pero todos ellos conseguirán lo que quieren. Como yo.

Porque la rebeldía es más buena que mala. Nunca digáis que un niño rebelde no será un héroe. Ese niño rebelde, que sabe lo que quiere y lo que no le gusta, el día de mañana será feliz. Porque habrá conseguido lo que quiere. Como yo.

Muchas gracias a todos los que habéis contribuido a que esta niña rebelde siga creciendo y luchando. Gracias, amigos, amor.